Había una vez, un zorrito que vivía en la sierra y era muy aventurero. Tenía muchos amigos,e iba a jugar con todos a una zona donde había pájaros.
Era invierno, todos los amigos de Miguel eran muy traviesos, no le hacían caso a sus padres, no hacían los deberes del colegio, tiraban piedras a las ventans de las casas.
Un día, un zorro mayor, les regañó porque daban muchas voces y molestaban.
_¡Bajad la voz!¡No hagais tanto ruido!- les aconsejó muy serio.
Los zorritos se marcharon corriendo sin poder contener la risa.
_¡No os vayaís lejos del pueblo!_gritó el zorro adulto para que lo pudieran oir.
Pero Miguel y sus amigos no le hicieron caso. Se alejaron más que nunca. Llegaron a un valle y aunque tenían prohibido adentrarse por esos parajes se pusieron a jugar.Estaban tan entretenidos, en sus juegos ,que no se dieron cuenta que aquel día unos cazadores merodeaban por allí.
De pronto se oyeron unos disparos, y los zorritos tuvieron que salir corriendo.Les faltó muy poco para ser cazados.
Llegaron a su casa cansados y temblando de miedo, y estaban tan asustados que se pusieron enfermos que no pudieron comer turrones , mantecados ni mazapanes.Además como habían sido tan desobedientes se llevaron una buena regañina.
A partir de aquel día se portaron mucho mejor,y decidieron pedir disculpas a todas las personas que habían perjudicado.Como su arrepentimiento era de corazón, ese año, los Reyes Magos, no se portaron mal del todo.
Alejandro Lagunas Pérez
martes, 16 de diciembre de 2008
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